El meandro que tiene en jaque a Magangué
Un peligro oculto de la naturaleza tiene en riesgo, no sólo el sector de Girardot, sino a la mitad de los barrios de Magangué desde hace más de 20 años.
Se trata de un fenómeno causado por el río llamado meandro, que no es otra cosa que una curva en la trayectoria del afluente producto de la dinámica natural de la vertiente y que se origina a lo largo de dos kilómetros de la margen derecha del caudaloso Magdalena.
El fenómeno tiene su origen en jurisdicción del municipio de Pinillos por causa de un dique carreteable de protección de inundaciones que soporta las embestidas del Magdalena y empuja con fuerza sus aguas hacía la margen izquierda donde se encuentran el sitio conocido como El Chorro y el barrio Girardot.
Ante el eminente peligro, los expertos coinciden en que se necesita una gran protección con obras hidráulicas para evitar que el caudal del río siga golpeando directamente la rivera izquierda donde se encuentra Magangué.
El ingeniero y exconcejal, Álvaro Echeverría, afirma que estas obras de mitigación ayudarían a empujar las fuertes corrientes hacía el centro del río y con el correr del tiempo se generaría una especie de sedimentación de playas que protegería a Magangué, tanto del fenómeno de las inundaciones como de la erosión en época de verano.
El ingeniero plantea la necesidad de contratar un estudio para conocer la dinámica hídrica del río y luego empezar a construir obras hidráulicas más arriba del sector de El Chorro para mitigar la presión que genera el río en el barrio Girardot.
Actualmente el tramo de tierra que separa el jarillón carreteable de Madrid con la Ciénaga Grande, es de escasos 15 metros.
Eso significa, que en caso de que el río vierta sus aguas de la Ciénega Grande se pondría en peligro la estabilidad del jarillón sur que protege a los barrios Nueva Colombia, Primero de Mayo, Puerto Venecia, Isla de Cuba, El Trinche, Maracaná, Dos de Noviembre, entre otros.
La solución está en la construcción de espolones por lo menos a un kilómetro arriba del barrio Girardot para detener un problema que lleva 20 años esperando una solución definitiva y menos anuncios politiqueros.
