Región

Obras en el canal del Dique sepultarían 12 mil cadáveres

El Canal del Dique conecta el río Magdalena desde el municipio de Calamar hasta la bahía de Cartagena. En la ribera de estos 115 kilómetros hay territorios colectivos de las comunidades negras de Atlántico, Bolívar y Sucre que, huyendo del horror de la esclavitud, constituyeron la ruta de cimarronaje: Arjona, Arroyo Hondo, Calamar, Mahates, Maríalabaja, San Cristóbal, San Estanislao, Santa Rosa de Lima, Soplaviento, Turbana, Gambote, Rocha y Puerto Vadel.

Entre los años 2001 y 2010 llegó la barbarie de la guerra por partes de las Convivir, que cuando se acabaron dejaron sembrado el paramilitarismo con el Bloque Montes de María. Por órdenes de Castaño y Mancuso se fundó el Frente Canal del Dique, al mando de Juancho, quien ordenó ubicar el centro de operaciones en Rocha y Arjona.

El horror

A esta región llegaron con 24 masacres probadas y varias sin reseñar. Lo que vieron y vivieron estas comunidades es inenarrable, imborrable. Tal vez de esto se han aprovechado para decretar la amnesia colectiva. Que nadie cuente ni recuerde que hubo comunidades enteras de mujeres violadas cuyos hijos nacieron rotulados por un estigma, cientos de miles de jóvenes desaparecidos, asesinatos en plaza pública, desmembramientos y prohibición absoluta de sus prácticas culturales.

Cuentan los nativos que al que iban a desaparecer lo montaban en una camioneta de alta gama y vidrios oscuros que hicieron conocer como La última lágrima. Lo paseaban por todo el pueblo. Luego se parqueaban frente a la plaza de la Cruz de Mayo —en el corazón social y cultural del pueblo—, se tomaban una cerveza y se iban a un punto que llamaron La loma del muerto a picar al sentenciado. Echaban el cuerpo al canal, donde está la bocatoma de Aguas de Cartagena, de donde sale el agua para la ciudad. Durante diez años, repitieron el macabro rito entre tres y cinco veces diarias, y hubo días en que echaron entre ocho y diez cadáveres al Dique.

Los testimonios ya están en manos de la Comisión de la Verdad, a la que 200 consejos comunitarios le han pedido que estudien presentar una solicitud de medidas cautelares a la Jurisdicción Especial de Paz para la zona de influencia del Canal del Dique, porque una megaobra podría arrasar los rastros de esta tragedia.

La obra

Se trata del proyecto de Restauración de Ecosistemas Degradados del Canal del Dique que, más que un proyecto ambiental, es una apuesta millonaria para que entren y salgan barcos de carga más grandes a la bahía de Cartagena.

Los líderes de la Ruta del Cimarronaje advirtieron que la preservación de los cadáveres de personas que fueron torturadas y arrojadas durante el conflicto armado al Canal del Dique está en riesgo por los trabajos de dragado que se adelantarán en el megaproyecto que busca recuperar este cuerpo de agua.

La Ruta del Cimarronaje en el Caribe Colombiano señaló que, de acuerdo con la información recolectada por habitantes de poblaciones aledañas al Canal del Dique, en el departamento de Bolívar, en este cuerpo de agua habrían sido depositados más de 12 mil cadáveres entre los años 1997 y 2005.

Pero la gente lo sabe y ya no tienen miedo de denunciarlo. A la verdad no podrán ponerle un dique.

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