Porqué Blel y Cabrales podrían pasar a la historia
Carlos Cabrales, alcalde de Magangué Vicente Blel, gobernador de Bolívar
El gobernador Vicente Antonio Blel Escaf y el alcalde Carlos Emil Cabrales Isaac, podrían pasar a la historia por un deber simple y propio de los funcionarios elegidos para gobernar: La ejecución de una obra.
La noticia, más allá de ser de gran relevancia para la región, cobra mayor interés porque se trata de una sede del Sena en Magangué, que de hacerse realidad en los menos de tres años que les quedan de sus gobiernos, sería un “palazo” de los jóvenes mandatarios sí se tiene en cuenta que ese mismo proyecto ha sido anunciado en las últimas dos o tres décadas por políticos locales, regionales y nacionales en el fragor de sus campañas.
Se sabe que los ofrecimientos en época electoral son el principal mecanismo que utilizan los aspirantes para obtener el voto popular, de ahí que la construcción del Sena en Magangué se convirtió por años, en otra falsa oferta para “atrapar” a un buen número de incautos que no alcanzan a distinguir entre una propuesta y una promesa de campaña.
La sede del Sena para Magangué aparece en una larga lista de obras anunciadas y no ejecutadas por alcaldes, gobernadores, congresistas (propios y extraños) y hasta por presidentes de la República. El director regional del Sena, Jaime Torrado Casadiego, es testigo de excepción por todas las veces que lo llamaron para refrendar las propuestas o las promesas que se diluyeron en el tiempo.
La lista es tan larga como antigua: La doble calzada de la Avenida Diego de Carvajal, el Plan Maestro de Alcantarillado, la Planta de Platanarina, la nueva plaza de mercado, la ampliación de la calle La Albarrada y la Universidad de los Sures. Sólo para mencionar las de mayor envergadura y que también podrían dejar en el pódium de la historia a otros mandatarios.
Obras son amores
Los recursos siempre los hubo y los habrá para este tipo de proyectos. Lo que ha existido es una ausencia de voluntad política por parte de los mandatarios de turno para convertirlos en realidad, lo cual es poco entendible, si se tiene en cuenta que en esta sociedad el cemento es sinónimo de rentabilidad política, de ahí la importancia que cobra el viejo adagio popular que dice “obas son amores y no buena razones”, que en sentido figurado se refiere a los que prometen y prometen, pero nada hacen.
Nada mejor para un gobernante que después de cumplido su administración pase a la historia por sus buenas obras, y no por las que dejó de hacer o las que hizo mal, y de esos ejemplos está lleno el departamento de Bolívar y el municipio de Magangué.
De hacerse realidad la sede del Sena en el segundo puerto más importante sobre el rio Magdalena, Blel y Cabrales habrán asegurado un lugar en la historia, sin embargo, aún les queda mucho tiempo en sus cargos para seguir refrendado esa honrosa distinción o esperar el paso del tiempo para ser calificados en retrospectiva, como se suele hacer con los ex mandatarios.
El proyecto

Con el de Magangué son en total de diez centros de Aprendizaje Sena que se construirán en el departamento, en los municipios de El Carmen, Zambrano, Morales, Hatillo de Loba, Cantagallo, Santa Rosa Sur, Santa Catalina, Calamar y María La Baja. La inversión será de 31 mil millones pesos procedentes del Sistema General de Regalías y beneficiará a por lo menos 14 mil jóvenes y adultos en esos entes territoriales.
Para la construcción de esta sub sede multisectorial del Sena, el municipio de Magangué aporta el lote y el inmobiliario para dotar las instalaciones de todo lo necesario.